jueves, 17 de enero de 2013

El combate espiritual








Desde que el Señor habitó con nosotros, el enemigo cayó y sus poderes declinaron. Por eso no puede nada. Sin embargo, aunque han caído, no puede quedarse quieto sino que como tirano que no puede hacer otra cosa, se va en amenazas, aunque ellas sean puras palabras. Cada uno acuérdese de esto y podrá despreciar a los demonios.
San Atanasio de Alejandría
Vida de Antonio

La vida del monje consiste en un constante combate contra la fuerza del mal que habita dentro de su corazón. Como dijo el Señor, el mal no está fuera de nosotros, sino que del fondo de nuestro corazón brotan los malos pensamientos. Allí se decide un combate entre el bien y el mal.
El monje ha dejado toda otra actividad externa, para centrarse en este asunto capital. Como enseñaba san Antonio, al triunfar Jesucristo el poder del mal que resultado derrotado. Así pues, gracias al Espíritu Santo, es posible nuestra propia victoria. Sólo así amanecen los cielos nuevos y la tierra nueva, que el Señor resucitado ha prometido a cuantos crean en él.
San Antonio combatió durante toda la vida contra esas fuerzas hostiles a Dios y a su proyecto de salvación sobre el hombre. A él se le aparecían en forma de animales repugnantes y amenazadores. No de otra forma es el mal: repugnante a la conciencia humana y amenazador de la paz y del amor.

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