jueves, 2 de abril de 2015

Apotegmas de un monje a sí mismo

El Greco - La oración del Huerto

78.- Adoración y vigilancia. Monje, la noche del Jueves Santo debes comenzarla en adoración. Cristo se ha entregado por toda la humanidad, ha decidido no rehuir la Cruz para evitar que nosotros tengamos que perecer, y se ha hecho nuestro alimento pascual, para que podamos recorrer el camino de esta vida hasta que lleguemos a compartir su divinidad. En esa Eucaristía que queda reservada compareces ante la presencia santísima del Dios que se ha reducido a la nada para que tú lo tengas todo. Pero, también, es la noche de la agonía del Señor, de su sufrimiento, de su soledad. No le dejes solo, no le abandones, que él nunca te abandonará en tus angustias, en tus soledades, en tu agonía.

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