viernes, 12 de junio de 2015

Apotegmas de un monje a sí mismo


88.- El amor de Cristo. Monje, ¡qué difícil es ponderar la inmensidad del amor de Jesús! Fue amado por María, la Madre, que lo siguió a pie firme hasta la Cruz; fue amado por José, quien lo cuidó a pesar de no siempre comprender; miró con ojos amorosos a los que llamó a seguirle; tanto amó a Juan, que lo llamó "el discípulo amado"; fue amado por la Lázaro, Marta y María; el amor que la Magdalena le profesó mereció verlo resucitado; fue su mirada amorosa la que conmovió a Pedro y lo rescató de la negación. También a ti, monje, te amó cuando te concedió la fe y cuando murió por ti en la Cruz. Procura, pues, que tu vida, responda en la limitada medida de tus posibilidades a su inmenso amor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario