viernes, 30 de octubre de 2015

Speculum Caritatis. No hago lo que quiero.

27.- Ciertamente, sólo la parte de nuestra alma que comúnmente llamamos amor y que, por efecto de la nueva infusión de la caridad y de los restos de la vieja concupiscencia, se nos muestra como en lucha contra sí misma a causa del apetito contrario, sólo ésta es capaz de caridad y de concupiscencia.

Por esta razón dijo el Apóstol: No hago lo que quiero. Y también: La carne tiene deseos contrarios a los del espíritu y el espíritu los tiene contrarios a los de la carne, como que son cosas entre sí puestas; por cuyo motivo no hacéis vosotros todo aquello que queréis.

Rectamente se ha de entender que el Apóstol de ningún modo describe dos naturalezas contrarias en el hombre, con los nombres de carne y espíritu, como imaginaron los malvados maniqueos; antes bien, con el nombre de espíritu expresa la renovación del alma, a causa de la infusión de la caridad, pues la caridad de Dios ha sido derramada en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo que se nos ha dado; y con el vocablo carne indica la miserable servidumbre del alma, a causa del viejo reata, que provoca en el alma un conflicto constante suscitado entre nuestro hombre viejo y el nuevo.

Elredo de Rieval
El Espejo de la Caridad

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